Club La Nación

Perversa idea del capitalismo voraz la de ofrecer una tarjeta de descuentos a cambio de un pasquín de la oligarquía!

Ehhhh!!! No será mucho??

El diario La Nación es un ejercicio de militancia por el consumo! Con la excusa de que los descuentos en la compra de algo que ni siquiera sabemos si realmente necesitábamos nos ofrecen un servicio que resulta al fin de cuentas «gratuito».

Leer La Nación ayuda a entender porqué ven todo tan mal, tan apocalíptico. Cómo no van a tener odio? Leen sus páginas y se dan una vuelta por el programa de Lanata y al ver TN creen que lo compró Cristina. Así se entiende porqué gentes sin campo defienden el precio de la carne por las nubes, sostienen que la exportación de trigo tiene que quedar libre para que quienes lo producen obtengan sus mayores ganancias, aún a cuesta de su propio bolsillo, porqué critican el control de precios en manos de las ONG y la militancia, defendiendo la idea de comprar en el almacén con la libreta del almacenero y después piden que el gobierno haga algo con la inflación. Leer La Nación sirve para saber porqué la vecina de la esquina dice que es un atropello a la justicia que se creen nuevos tribunales de Casación, que la elección de los miembros del Consejo de la Magistratura pasé por sus manos, que los empleados ingresen no por amiguismo sino por sorteo y que los jueces tengan que publicar en Internet sus declaraciones de bienes. Ahora, después de leer La Nación, se entiende porqué tanto odio con el aumento de las asignaciones familiares incluso en aquellos que serán beneficiarios de la medida. Porque eso es lo más raro del odio de muchos. Son militantes del rechazo. Pero lo son sin pienso.

Hay, sin embargo, dos puntos interesantes en el diario. En primer lugar la sección Economía: sus páginas parecieran estar hablando de otro país. El otro punto es la publicidad: si las páginas dedicadas a los avisos, la mayoría de las impares -las más caras-, pudieran leerse en texto otro sería el sábado. Los colores, las fotos, las frases y el significado de la página entera con un aviso puestos en un texto a cinco columnas harían el diario más contradictorio posible. Sus páginas serían el mejor ejemplo de la vida real vs la televisión, como decía el enojado Agustín en la Plaza de Mayo el sábado pasado.

La tarjeta Club La Nación es un privilegio para pocos, y como todo privilegio tiene un costo muy alto: leer el diario La Nación y como consecuencia vivir como el culo tratando de aliviar el día yendo a comer afuera, comprando ropa, electrodomésticos y demás atenuantes en un país que se desmorona día a día. Por eso aumenta el consumo medido en unidades mes a mes. Por eso hay que reservar mesa. Era por eso.

Me quiero baaaaaajar!!!

 

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