Unidos

La unión hace la fuerza, los hermanos sean unidos, dos cabezas piensan más que una, etcétera. Es evidente para todas las culturas en todos los tiempos que unirse es mejor. Desde la fuerza bruta hasta la inteligencia fina, el estar juntos tirando para el mismo lado aumenta las probabilidades de éxito.

Es tan evidente que parece ridículo cuando se lo cuestiona. Ahora si pensamos en que nos tenemos que unir para conseguir lo que buscamos, pasamos a la etapa dos: con quién debemos unirnos. Convienen débiles o fuertes, sinceros o mentirosos, amigos o enemigos. La respuesta correcta sería según para qué. Si vamos a jugar al truco, por ejemplo, nos convendrá un mentiroso.

Estamos viviendo tiempos de unión en la Argentina y tenemos un ejemplo reciente: las entidades del campo se unieron. Lógicamente notaron que juntos eran más. Si bien juntaron cabezas de productores que ni en extensión ni en ideologías se hubiera unido nunca. Pero hubo razones superiores que les mostraron la necesidad de tirar todos juntos para el mismo lado.

Si superamos lo nacional, vemos a la Argentina como país dentro del MERCOSUR. Es este ámbito donde los países, con sus diferencias, tiran para el mismo lado. Hay problemas, amigos, enemigos y soluciones comunes a Brasil, Paraguay, Uruguay, Venezuela (todavía con ingreso en trámite) y la Argentina. Esa es la razón por la que estos países se unieron. Sería rarísimo que Uruguay formara parte de un bloque con los países de la ex Unión Soviética. Poco y nada de la agenda cotidiana compartirían.

Están en Lima, Perú, pasando a una etapa superadora. La unión entre regiones. Si bien se sientan a la mesa como países individuales, mantienen paralelamente reuniones regionales. El MERCOSUR y la Unión Europea por un lado. La CAN y el MERCOSUR por otro. La razón es que como bloque, unidos, se plantean los problemas y las soluciones con más fuerza. Hay más posibilidades de éxito.

La última reunión a nivel local, la reunión del Grupo Río en República Dominicana, es una buenísima ante sala de esta. No siempre que se juntan los jefes de Estado sale todo bien. Hubo problemas más de una vez. Pero siempre tuvieron solución.

Hace pocos días el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, cuestionó a la Canciller alemana, Ángela Merkel, por su filiación partidaria con Adolf Hitler. Ayer, lo primero que hizo Chávez al ver a la Canciller fue pedirle disculpas.

Solo nos queda conocer los resultados concretos de esta V Cumbre de Jefes de Estado de Latinoamérica, el Caribe y la Unión Europea.

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